Arte por: Alo Murillo
Ya es peculiar en Niño Koi usar referencias filosóficas, mitológicas y científicas en los títulos de sus canciones. Esta vez es “Nigredo”, una etapa del proceso alquímico que refleja la desintegración de la antigua sustancia en sus componentes esenciales, lo que solo se puede lograr por el proceso de “putrefacción. Sin nigredo no hay posibilidad de que la antigua sustancia baja se transforme (rubedo), ya que antes debe ser despojada, depurada y reducida a su esencia (albedo), cosa que no se puede lograr sin putrefacción y muerte. Sin nigredo no hay posibilidad de que crezca nada nuevo. Cuando la persona se despoja de la máscara, lo que queda es la calavera, el caput mortuum.
En el tema, Niño Koi crea un sonido sofocante y masoquista, abarcando varios géneros como crust punk, black metal y hasta con un outro muy post-rock. “Nigredo” suena como si fuera grabado en un túnel oscuro y solitario, casi igual a un proceso de muerte. El modo en el que el cuarteto toca este tema de manera desgarradora y catártica, de la mano de un tono de guitarras magníficas, batería increíble, y una atmósfera melancólica (y, a veces, viciosa).
Los 12 minutos ayuda demuestra que Niño Koi son músicos muy técnicos pero conmovedores, y aunque los solos y los cambios de tiempo nos dejan jadeando, es la emoción de la música y las entrañas que se quedan dentro de nosotros.
Niño Koi será el plato fuerte de conciertos esta semana cuando se presenten en El Farolito el viernes, comenzando 6 p. m. A El Farolito pueden asistir personas de todas las edades, pero deben tomar en cuenta que el cupo está sujeto a la capacidad del lugar y que está prohibido fumar y consumir bebidas alcohólicas. Dicha actividad es una ventana que busca otorgarle una mayor exposición a artistas con proyectos frescos y vanguardistas, pero que no han contado con un apoyo comercial, pero que existe gracias al apoyo del Centro Cultural de España en Costa Rica.