01 Automatic Systematic Habit
02 Big Bright World
03 Blood For Poppies
04 Control
05 Not Your Kind Of People
06 Felt
07 I Hate Love
08 Sugar
09 Battle In Me
10 Man On A Wire
11 Beloved Freak
12 The One
13 What Girls Are Made Of
14 Bright Tonight
15 Show Me
Puntuación: 7
En años mas tiernos, chicas como Karen O, PJ Harvey o la mismísima Shirley Manson me daban una esperanza de señales de vida femenina en el rock power dominado por los muchachos. Tenían la fuerza y la presencia de un líder, pero un cierto sex appeal inusitado que aumentaba los decibeles de su música con solo mirarlas. De ahí que la fuerza musical con la cual viene esta nueva propuesta de Garbage tiene quizás ya fundadas sus bases sobre esa virtud.
El disco suena a Garbage, y es Garbage. Quizás si esa frase fuera escrita en inglés no podría hacer esta afirmación con la misma firmeza (oh ironías del lenguaje) pero decidí comenzar directamente con lo obvio y dejar espacio para comentarios menos rebuscados. Ahora nos llega este nuevo material concebido en las entrañas de una época quizás ya superada, pero que por ser hijo de Garbage hay que considerar con el peso de su presencia, aún entre la neblina de música “fresca” que se ha levantado en el paisaje musical de este año y que deja la difícil tarea de separar lo verdadero de lo pasajero.
Lo digo en ese sentido pues el álbum tiene el sonido de la banda, pero de la banda que fue (y quizás sigue siendo). Butch Vig, baterista de la banda, lo afirma así cuando dice que no buscaban reinventar la banda sino meramente acoger quienes son y como hace las cosas Garbage, lo cual algunos degustarán como plato predilecto de una leyenda de los 90s, y otros, como su servidora, dirán: “bueno… ¿y qué sigue?”. El disco tiene sus momentos de exaltación, no podría afirmar lo contrario. Tiene piezas impecables, varias capaces de captar esa atención interna que las categorizarían con el adjetivo “memorables”. Pero cada vez que lo escuchaba entero surgía la pregunta: ¿qué no se siente?
La vibra social quizás ha cambiado, y esta propuesta pareciera haber llegado tarde a la fiesta, hubiera sido revuelo en años anteriores, pero siento que ya hoy nos movemos hacia horizontes diferentes. Sigue siendo un Pop-rock elaborado que regala piezas de calidad. “Beloved Freak” bien podría ser el nuevo himno de una juventud rechazada, con su letra de consuelo y un sonido etéreo que sigue la línea del piano con suavidad. Los susurros seductores de Manson en canciones como “Sugar” claramente son parte de la atracción principal de este disco. Y siendo sincera, no puedo evitar mover la cabeza en un headbang recatado cuando rodando por las calles en mi carro de repente me aparece por ahí en la radio “Blood for Poppies,” un sencillo que me pone feliz y ha hecho crecer mi adhesión a él cada vez que la escucho. En realidad el disco da lo que promete, pero me dejó en un punto conformista que nunca explotó, sin importar cuantas veces traté de hacer “mías” esas canciones.